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¿Está alineado tu salón con tu personalidad?
Descubre en este VIDEO GRATIS cuál es la decoración más adecuada a tu personalidad
Un paseo por el Feng Shui
Casi todos hemos sentido alguna vez que lo que habíamos comprado no era la mejor elección una vez en casa. Esto es completamente normal, solo que la inversión que hemos hecho, seguramente es grande y por tanto el error se paga caro y a largo plazo.
Nadie nace sabiendo cómo decorar su casa para el bienestar, no es el enfoque que se le suele dar a la decoración, por desgracia.
Y aún sabiendo decorar, no siempre necesitas lo mismo, ni tus circunstancias son iguales.
La decoración debe cambiar con el tiempo, doblarse como una rama flexible a medida que vas cambiando y fluir por toda tu casa, sin interrupciones, sin estancamientos, como fluye el agua de un arroyo a través de un bosque, encontrando siempre su camino.
Durante mi vida me he topado con errores (ya fueran míos o de conocidos) que se repiten en muchas casas y esto me ha hecho pensar sobre ellos, su origen, la manera de atenuar su efecto negativo y la conciencia de que existen para que no se repitan más.
Te invito a ir recorriendo conmigo uno a uno
El tamaño de los muebles en tu casa está directamente ligado a tu bienestar y el de tu familia.
Hay determinadas distancias fundamentales que se deben guardar, tanto visualmente como en el espacio de tu habitación para que todo pueda fluir y tú puedas moverte por tu casa sin necesidad de saltar obstáculos.
La limpieza también se verá favorecida ya que muchos muebles o muy grandes y pesados, hacen más difícil una limpieza a fondo, tan necesaria de vez en cuando.
La versatilidad se ve también reducida cuanto más grande sea tu mobiliario. Hay ocasiones en las que una de repente quiere dar la vuelta literalmente a una habitación y poner lo que estaba aquí, allá y viceversa… y con muebles enormes no se puede.
Antes de comenzar a comprar muebles, es muy importante tomar conciencia del espacio o como me gusta llamarlo a mi: “Encontrar el sentido a la habitación”
Tan solo unos minutos en el centro de la habitación, en silencio, sentada o de pie, hacen falta para imaginar cómo se moverán las personas por el espacio e intuir dónde estará una mesa, un sofá o la televisión, si hablamos de un salón.
Ya tienes entonces el “sentido” de tu habitación, lo has visualizado.
Ahora hay que pasarlo a la realidad, a las dimensiones reales de tu casa, tu habitación y tu vida.
El espacio no es ilimitado, eso seguro que ya lo sabes
Pero tu imaginación sí, y eres capaz de desafiar mentalmente las leyes de la física y hacer que quepan muchas cosas donde casi no hay espacio, haciendo magia con las dimensiones de tu cuarto o de tus muebles
Pero solo es imaginario, el espacio es limitado y hay que medir tarde o temprano
Pero… ¿Qué tamaño debo elegir para mis muebles y mi bienestar?
Tan sólo hay que tener en cuenta los espacios invisibles alrededor de cada mueble, que no se ven hasta que uno no usa el mueble en su vida cotidiana.
La mesa es una mesa, en la mayoría de los casos no cambia de sitio la uses o no
Pero las sillas…. ojo con las sillas…
Cuando no utilizas tu conjunto de comedor todo está comprimido, las sillas en parte se encuentran recogidas bajo la mesa y el espacio que ocupan es relativamente pequeño
Ahora separa cada una de las sillas y siéntate en ellas, que estés cómoda para comer.
Levántate y ve a la siguiente y no recojas hacia adentro de la mesa las que ya has sacado
¿Ves ahora?
¿Cuánto ocupa realmente tu conjunto de comedor expandido, como si estuvieras compartiendo una deliciosa comida?
Casi el doble
¿Ha quedado espacio para pasar tras las sillas cuando alguien está sentado en ellas?
Si la respuesta es NO, quizás tu mesa de comedor sea demasiado grande, prueba con otra más pequeña o replantéate la profundidad de tus sillas
Los sofás pueden ser grandes, pequeños, medianos, profundos o más livianos, chaiselonge, de bambú o tapizados, da igual
Todos tienen en común que sus medidas reales no son las que ponen en el catálogo
Eso sería si nadie se sentara nunca allí ¿Verdad?
Ahora hemos aprendido que hay espacios invisibles que debes respetar y a ellos añadirle también un espacio de paso.
Siéntate en el sofá y mide cuánto espacio ocupan tus piernas dobladas avanzando sobre el frente del sofá. En mi caso, que no soy muy alta, sobresalen 20 cm y este espacio también debe ser considerado como sofá.
Además de esto, como te decía, hay que añadir un espacio mínimo de paso entre la mesa de centro y el sofá por si ya hay sentado alguien en el extremo cercano a tí y quieres pasar a sentarte un poco más lejos. Las piernas de una persona, pasando ajustada para sentarse en la situación que te describía, vienen a ocupar otros 30 cm como poco, por lo que entre tu sofá y la mesa de centro tendrá que haber al menos 50 centímetros para que el espacio no quede agobiante y sea cómodo disfrutar de él.
Si entre el sofá y la mesa no hay esa distancia mínima, por favor considera elegir una mesa de centro más pequeña o buscar unos sofás que no sean tan profundos.
Merece la pena renunciar a algunos centímetros de mesa con tal de estar en armonía con el entorno y tener sitio libre para vivir.
Es posible que tu casa actual no sea la primera casa que tuviste.
De hecho casi seguro que no es aquella en la que creciste con tus padres, por lo que lo más probable es que sea al menos la segunda, si no la tercera, cuarta, etc…
Cuando una sale de casa de sus padres, normalmente selecciona cuidadosamente qué llevarse y deja muchísimas cosas en lo que era su cuarto, como quien deja su reino en tierra natal y parte para conquistar nuevas tierras.
Básicamente una se lleva lo nuevo y deja lo viejo, de lo que no quiere desprenderse, pero tampoco quiere almacenar en su vacía y preciosa casa nueva. Esto no es muy justo para tus padres, pero ya hablaremos de eso algún día más adelante.
Cuando ya la mudanza es la tercera o sucesivas, comenzamos con los problemas, sobre todo con muebles que nos da pena tirar pero que no encajan ni con calzador en la nueva casa, ya sea por el estilo diferente al que queremos, por tamaño o por lo la razón que sea.
¿Te vas a quedar en serio con eso, por muchos recuerdos que tengas, sólo porque es tuyo?
¿Qué pasará si no encaja y aún así lo colocas a pesar de todo?
Que no estarás a gusto
Y comenzarás a generar sentimientos negativos sobre el mueble-pegote que has dejado
Párate un momento a pensar que si a ti no te cuadra en tu nueva casa es por algo
Algo ha cambiado en tí o en el mueble o en tus circunstancias que hacen que ya no sea adecuado tenerlo en casa.
Déjale volar, véndelo, regálalo, pero si lo aprecias de verdad, dale la oportunidad de tener un nuevo ciclo, una nueva vida.
Por favor, si está en buen estado no lo tires a la basura, sería una pena destruir algo que a otro le encantaría y que sí que encaja en su casa y en su vida.
Si está roto y deteriorado, recíclalo y deja que el mundo siga disfrutando de sus materias primas.
El Chi es la energía que conecta todo, a tí y a tus cosas, y os hace uno.
Deja que el Chi fluya por tu casa, deja que lo inunde todo y te empape de bienestar
Aquello que viviste con este mueble, déjalo ir… que fluya en el aire
Su esencia la tienes bien guardada en tu mente y eso es genial, ahora déjalo volar
Acabas de dar paso al futuro
El vacío genera nuevas oportunidades.
Si no hay sitio para cosas nuevas, nada nuevo puede pasar y estoy segura de que eso no lo quieres.
Para mi es importante transmitirte que no es malo conservar muebles de una casa a otra, pero únicamente los que aún te digan algo, combinen bien con el estilo que quieres y sobre todo dejen fluir el chi por tu casa de manera adecuada.
Te aseguro que soy la persona a la que más le cuesta tirar cosas, ya sea un mueble, una lámpara, una almohada o un calcetín.
Desde que entendí que deshacerse de algo no implica destruirlo sino tansformarlo o compartirlo, hay cada vez más hueco en casa para cosas nuevas.
El color puede ser un arma de doble filo en tu casa si lo aplicas sin pensar demasiado o copiando de revistas sin fijarte bien en cómo lo hacen en ellas.
Fíjate en este salón:
Si te fijas en los muebles, todos son bonitos y armoniosos, hay espacio suficiente y en principio podría una pensar que el resultado será espectacular, pero…
Todos los muebles, las paredes, el suelo, los accesorios, etc… están en la misma gama de color, casi en la misma tonalidad
Eso aburre al ojo
No me gustaría este salón para mi casa, al menos así no
Ahora mira este otro salón:
¿Notas la diferencia?
Si te fijas, la gama de colores tanto de paredes, como de complementos es casi la misma, sin embargo un pequeño toque que aporte cambio de color al ambiente y salga del color predominante, genera un efecto completamente diferente.
Muchos tendemos a elegir un color para una determinada habitación y para sentir que combina bien con los otros elementos, nos limitamos a elegirlo todo del mismo color, o como mucho más claro o más oscuro que el color elegido, pero en la misma gama.
Ya hemos visto que colores monótonos aburren al ojo (¡y también al espíritu!)
Ahora veremos qué ocurre si lo saturamos con estampados…
Mira esta mesa de comedor:
Hay tanta información sobre formas que la sensación es de agobio, de caos
Está muy bien combinar estampados, de hecho son un recurso estupendo en la decoración, pero si lo que buscas es armonía, hay que tener mucho cuidado con ellos y evaluar siempre si transmiten lo que tu quieres.
Es un error muy común que nos encante una tela en un pedacito de muestra, pero que al verla sobre un mantel o unas cortinas, finalmente nos horroriza y nos marea.
Ante la duda, siempre es mejor coordinar un solo estampado con otros colores lisos que combinar varios y generar sensación de agobio, caos o hipnosis como en la imagen anterior.
Mira este otro ejemplo:
Hay una gran diferencia, sin duda
Independientemente de que te guste el estilo o no, es una imagen armoniosa, no como la mesa anterior
Ahora fíjate bien en tu casa, mira con perspectiva limpia, como si no fuera tu casa y acabaras de entrar en cada estancia por primera vez
¿Hay muebles grandes? ¿Demasiados muebles quizás?
¿Te ha dado la sensación de que algún mueble no encaja en la estancia? ¿Quizás era de otra casa?
¿Y los colores, tu salón es monocromático? ¿O tiene algún elemento de color diferente que corta la monotonía? Un cuadro, un cojín, una planta, una alfombra…
Prueba a coger un elemento rojo (lo que sea, no hace falta que sea un adorno, puede ser una manzana o similar) y colócalo allí donde veas que falta color, sobre todo en ambientes predominantemente marrones
Ahora coge otro elemento amarillo (puede ser un limón, por ejemplo) y haz lo mismo, sobre todo en ambientes donde predominen los tonos fríos, como el azul
Siente el efecto que tienen cambios de color en pequeños toques y experimenta cosas nuevas con otros colores, cambiando una planta de habitación en habitación, etc…
Estamos justamente en el punto perfecto para comenzar a armonizar tu casa y tus sentimientos en ella, no te pierdas la próxima entrega
Nos vemos en la siguiente parada de "Un paseo por el Feng Shui"